Vida peculiar

Juan llevaba una vida tranquila y agradable. Durante toda su existencia jamás había pasado penurias o había sufrido estrés o preocupaciones. Todo el tiempo se dedicaba a cuidarse y estar en buen estado fisiológico y mental. Nunca tuvo que trabajar.

Cada cierto tiempo, aquella relajada rutina se rompía, cuando le intervenían para extraerle fragmentos de alguna de sus vísceras, o cultivos de algunos de sus tejidos o de células de su piel, los cuales se usaban para reponer o regenerar el cuerpo original, del que se clonó a Juan, y así el primero siempre tenía órganos y cuerpo perfectos.

Viendo lo que pasaba en el mundo exterior, Juan se consideraba afortunado, aunque no podía salir más que a un jardín de la casa, totalmente aislado del exterior, gracias a unos filtros biológicos.

Un día, su contacto, la única persona que le veía, se presentó ante él y le dijo:

—El original ha fallecido en un accidente de tráfico.

Y seguidamente le pegó un tiro a Juan.

de Ricardo Manzanaro