Una cálida despedida

Judith Balanzategui

Me queda un regusto amargo en la boca cuando te veo marchar. Me dices adiós, te vas y me quedo helada esperando que vuelvas. Anhelando tu cálido abrazo, la sensación de libertad y el refrescante regocijo que se apoderan de mí cuando tú estás a mi lado. Te espero aquí en Junio. No faltes, mi querido verano.

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