Pesca De Anzuelo

por Gontzal Mnez. de Estibariz

La madrugada era la mejor hora para practicar su afición favorita, la pesca de anzuelo.

Llevaba varias noches intentándolo sin éxito a pesar de haber analizado concienzudamente las condiciones del mejor lugar y haber cambiado varias veces de sitio. Había probado también con distintos señuelos, pero no lograba atraer la pieza con ninguno de los que utilizaba habitualmente.

Sí, definitivamente se había obsesionado con aquel ejemplar tan escurridizo. Quería pescarlo a toda costa. La cuestión era que no daba con la técnica adecuada para conseguirlo.

Su amor propio comenzaba a quebrarse. Llevaba en esto mucho tiempo. No sabía ya qué más cebos usar para que picara y capturarlo de una maldita vez. No le iba a quedar más remedio que comerse el orgullo propio y admitir que le faltaban práctica y destreza suficientes para atrapar ciertas variedades. Aquel espécimen era ciertamente uno de estas.

Con profundo malestar y muy a su pesar tendría que tirar de manual. Lo abrió y buscó por la letra P: 

“Si quieres atrapar al hombre pez debes buscar una hermosa puesta de sol en una playa solitaria o algún otro paisaje idílico. También puedes invitarle a ir contigo al cine. El PISCIS es tímido por naturaleza y le cuesta tomar la iniciativa. En estos entornos es más fácil que se acerque, reaccione a tus señales y puedas seducirlo.

Como el depredador acecha su presa, debes acercarte al PISCIS lenta y cuidadosamente si quieres tener éxito. Es mejor que el cebo del anzuelo no sea muy llamativo, ni dejar que se perciba demasiado pronto. Pregúntale sobre sus inquietudes y sueños. Interésate por los aspectos del alma. Sólo de esta manera se abrirá y podrás atraparlo”