Paradoja

Belén Fernández Crespo

Llego a casa tras una exitosa intervención en el pasado: he logrado que el paciente cero no fuera mordido por aquel simio en el zoológico en el que trabajaba.  Soy un héroe anónimo.  Ningún ser humano será consciente de la existencia de otra línea temporal, porque ésta jamás tendrá lugar.

Me acomodo en el sofá y enciendo el televisor. 

Un extraño cosquilleo desciende por mi garganta…  Siento dolor…¡Pústulas en mis brazos! ¡¡Imposible!! ¡No mantuve contacto con el simio!

¿Para qué engañarse? Conozco perfectamente los síntomas de la terriblemente contagiosa enfermedad…

La evidencia es irrefutable.  Me he convertido en el paciente cero.