FANTASY VS CF

¿Fantasía o ciencia ficción?

(por S. Sardón)

En este escueto escrito me gustaría arrojar un poco de luz sobre este tema, algo que suele nadar en un océano que amalgama conceptos e ideas, la mayoría válidos, pero a veces erróneamente clasificados.

Antes de nada he de decir que esta es mi opinión, la de un aficionado que, lejos de hacer de crítico, reflexiona sobre dos géneros distintos y dos artes diferentes, relacionados todos ellos de manera ineludible.

Lo primero que quiero exponer es la confusión entre ciencia ficción y fantasía. Se confunden películas y libros de fantasía con la ciencia ficción. Un ejemplo obvio es la saga de Star Wars. Calificada  por algunos como ciencia ficción, es una obra de fantasía, fantasía futurista, pero fantasía. Naves que viajan por el espacio como quien coge el coche para ir de vacaciones, poderes sobrenaturales, villanos poderosos, caballeros, princesas, forajidos y contrabandistas, espadas de energía, planetas con aire respirable por todas partes, muchas razas alienígenas que respiran el mismo aire que los humanos, etc. Si bien es cierto que Star Wars tiene algunos elementos propios de la ciencia ficción, es por su ambientación futurista: robots, naves espaciales, armas de energía, planetoides artificiales. Obviando los fallos que chocan con la física universal, el conjunto, aunque fantástico, proporciona una ambientación medianamente creíble, aunque totalmente diferente a lo que los terrestres conocemos (hay que tener en cuenta que los hechos suceden en una galaxia muy lejana y hace mucho tiempo).

Con respecto a Star Wars, han pasado unos años desde que leí una crítica que la ponía a parir comparándola con 2001: una odisea del espacio. Dándole vueltas al artículo, llegué a la conclusión que el autor no se había enterado de nada. No se puede comparar una obra de ciencia ficción dura y realista con otra de fantasía, entretenida y épica. Juegan en campos distintos. Es como decir que los limones deberían ser menos ácidos para poder competir con las naranjas. Quien ve 2001, ha de asimilarla lentamente. Star Wars proporciona un entretenimiento instantáneo, aunque tenga unas cuantas reflexiones sobre el militarismo y los avances tecnológicos que no son tan evidentes.

Siguiendo con Star Wars, quería llamar la atención sobre la gran influencia que los libros de ciencia ficción y fantasía han tenido sobre esta estupenda, aunque a veces irregular saga. Heredera directa de John Carter de Marte, Dune y Flash Gordon sobre todo, también reúnen elementos de las crónicas Artúricas y sus caballeros (con traidor incluido), Asimov y sus robots, y algo de filosofía Zen. Esto, que es más que normal en casi todas las películas de fantasía y ciencia ficción, no debe ser visto como algo malo, sino como referencias que enriquecen la obra. Hagamos un pequeño repaso sobre algunas de las más destacadas, y veremos que es algo normal.

En 2001: una odisea en el espacio, el concepto del monolito estaba basado en un relato corto de Arthur C. Clarke (El centinela), quien después escribiría la adaptación a letra impresa de la película y sus secuelas. Los diseños de trajes, interiores y vehículos le fueron proporcionados a Stanley Kubrick por la NASA. La idea de que un ser artificial se rebele contra su creador ya existía desde que Mary Sheley escribió Frankenstein. El concepto del nuevo hombre parte de la filosofía de Niesche, replanteándola a escala cósmica. El mérito del maestro Kubrick fue aglutinar todo en una sola obra maestra, con una música y fotografía que la convierte en algo único.

Otra obra maestra de la ciencia ficción, Blade Runner, se basa en una novela de Phillip K Dick, si bien la película se limita a tomar algunos nombres y conceptos, para distanciarse del libro y superarlo. Esto fue algo que a su autor no le pareció bien al principio, pero al ver el resultado final, le gustó y aplaudió. Syd Mead fue el alma que dio vida a un agobiante y contaminado Los Ángeles, que con un poco de esfuerzo es posible que lleguemos a ver hecho realidad. Qué decir de esta reflexión sobre un posible futuro donde el hombre casi ha destrozado la tierra y emplea su propia carne, convenientemente modificada por medio de la genética, como una herramienta más de usar y tirar. Pese a las distintas versiones que el film ha sufrido, me encanta el concepto original sobre el personaje de Harrison Ford, sugiriendo que todos, humanos y maquinas, estamos programados para obedecer, e intentar rebelarnos nos convierte en un peligro.

Bueno, lo dejo aquí. Quizás otro día pueda seguir con el tema, ya que hay mucha polémica sobre él, y me encanta aportar mi opinión.

Un saludo y espero que os haya gustado.