BRAZODEMAR, EL EVENTO

Por J. Paulorena.

Pedro de Andrés es grande. La presentación de un libro es un momento álgido para un escritor, y él quiso compartir su éxito con los asistentes ofreciéndoles tiempo para que recitaran sus poemas y relatos”.foto2

Pedro ya me caía bien antes conocerle. Un día, Isa me dijo que había una persona que se había leído «Paciente 101« y que le había gustado mucho, que quería hablar de él y que se lo dedicara. ¿Cómo no te va a caer bien alguien así? Es un hombre activo, siempre está haciendo cosas, moviéndose por aquello que le motiva, y esto es escribir. Su trato es fácil y amable, buen rollo, enseguida te alegras de conocerle.

Es un autor de costumbres noctámbulas, cuando la gente duerme él se mantiene en vela escribiendo relatos cortos o limando palabras de sus micros. Es un buen cuentacuentos y maneja bien los tiempos.

Cuando “LA BALADA DE BRAZODEMAR” pasó la primera selección, la cogí con ganas, también con curiosidad. Todo lo que había leído de Pedro en su blog DESDE MI RAMA era de pequeño formato y quería ver qué tal se desenvolvía con una novela. Ha sabido adaptarse sin perder su estilo como autor, cada capítulo tiene la medida justa para generar un eslabón engarzado al siguiente en una cadena de escenarios que tiran de ti como un ancla. Y tiene el ritmo de una novela de aventuras, a veces evoca a los clásicos R. L. Stevenson o a Melville con paisajes exóticos en los se respira salitre y madera a la deriva. Pero también tiene un componente fantástico que insinúa la reconstrucción del legado del héroe, con escenas gloriosas donde el Jinete del Gusano esta vez cabalga a lomos de gigantescas ballenas y batallas épicas donde intervienen fuerzas naturales que sobrepasan la comprensión humana.

El fin de semana anterior había una feria medieval en Bilbao y quedamos con Pedro y su familia para entregarle unos marcapáginas. Mientras tomábamos algo, charlamos un poco sobre la presentación en Madrid y su libro. Hablamos de sus influencias, del tema de su obra y cuál era la idea sobre la que quería hacernos reflexionar con ella. La Balada de Brazodemar, me dijo, habla de la libertad del ser humano.

En Madrid comimos con él y con Lydia Cotallo, ella es su agente y corrector literario, también autora y es su pareja. Ella es quien se ha currado esta presentación. El esfuerzo ha sido grande pero ha merecido la pena. Gracias, Lydia.

A las seis y media estábamos en Espacio B, un local a pie de calle con una exposición de carteles serigrafiados en las paredes y cuarenta sillas dispuestas para el evento. Enseguida llegó gente con ganas de hablar con Pedro y pedirle dedicatorias. A las siete y cuarto ya no podía entrar nadie más de lo lleno que estaba.

foto5foto6foto3

Nuestro siguiente autor, Javier Palacio se dejó caer con una amiga y aprovechamos para comentarle las novedades de $UPERFICIAL. Le presentamos a Pedro pero ya era la hora y debíamos empezar. La gente ocupó las cuarenta sillas y hubo que sacar más; aun así, unos cuantos que tuvieron que quedarse de pie y otros fuera. Habíamos llenado el local y sabíamos que la mayoría eran autores de www.escritores-en-red.es

foto1Presenté EC.O; para un escritor siempre es interesante escuchar cómo funciona una editorial. Luego a Pedro, aunque ante ellos él no necesitaba ser presentado. Hablamos sobre “la Balada de Brazodemar” de manera informal y enseguida los asistentes participaron con sus preguntas y opiniones.

Pedro de Andrés es grande. La presentación de un libro es un momento álgido para un escritor, y él quiso compartir su éxito con los asistentes ofreciéndoles tiempo para que recitaran sus poesías y relatos cortos. Cada autor que venía al frente le abrazaba y besaba, le vi arropado por gente que le quería.

Jpeg

foto7 foto8jpg

Tras el recital, tortillas, quesos y copas de vino. Palabras con unos y otros, Pedro charlando y firmando más ejemplares. También nos preguntaron sobre algunos aspectos de la editorial les dimos respuestas lo mejor que supimos.

Aproveché un momento para hablar con Santiago Solano. Me estoy leyendo su: “El yo digital de Elías Quimey”. Le saludé y él me respondió: yo me estoy leyendo “Paciente 101”. Charlamos un poco, aunque creo que hemos dejado pendientes conversaciones muy interesantes.

Acabamos tarde, recogimos rápido y fuimos en grupo a cenar un bocata de calamares que, dicen, es típico en Madrid. Teníamos que marcharnos enseguida porque a la una y media se terminaban los metros… pero al final se hizo tarde, nos quedamos sin enlaces y tuvimos que coger un taxi. A las tres de la mañana nos metíamos en la cama, Isa repasando medio centenar de mensajes y yo dando vueltas a este artículo que quería escribir.

Magnífico evento. Gracias a todos por acompañarnos y por convertir esta presentación en algo tan grande.

Ahora, a ver cómo lo superamos.