El sábado 3 de junio despertó intenso. A media mañana se celebraba la Jornada TerBi con alguna mesa redonda y varias presentaciones, de las que formaba parte El cuento de Dione, de David Calleja. Pero varias horas antes nosotros ya estábamos participando en un torneo de balonmano y, como aún no tenemos el poder de la ubicuidad, confiamos en David y en su acompañante Sergio Llamas, periodista y que dirige la web El rincón de Koreander.

David nos ha comunicado que la presentación ha sido un éxito. Gracias Sergio y enhorabuena David.

A la presentación que sí asistimos fue a la de Las guerras del Código en la tienda Ronin, en Vitoria. Casi a la carrera y mascando todavía el último bocado, recogimos a Juan Manuel Sánchez-Villoldo y partimos a Vitoria.

Hemos hecho unas cuantas presentaciones en Ronin y estamos encantados de visitarlos. La tienda está repleta de libros, novelas gráficas y juegos de mesa. Aproveché la ocasión para comprar unos tumularios y me vi rodeado por unos cuantos curiosos que querían ver las miniaturas. Charlamos un poco sobre el wargame de El Señor de los Anillos y que yo llegaba diez años tarde. Las miniaturas son guapas y el resto no me preocupa.

Además de la parte friki tuve ocasión de charlar con los habituales, nos contamos novedades y resolvimos una situación rara, pues un aficionado nos había mandado varios mensajes en el último año pero no había recibido nuestra respuesta… bueno, en realidad sí. El correo electrónico  había considerado nuestros mensajes como spam, por lo que nos rescató de la basura y nos puso donde nos corresponde.

Resultó que era el cumple de Iratxe Uriarte y nuestra contribución a su alegría fue llevar el libro Trazos de microliteratura, donde un par de relatos llevan su nombre. Al comenzar la presentación, a todos nos pareció interesante escuchar uno de sus cuentos en boca de la autora.

Con Juanma es fácil hacer una presentación, sólo hay que decir hola y él se ocupa del resto, la profesión se lleva dentro y es una persona que maneja muy bien la voz y el ritmo de su relato. Metí un par de cuñas y recibí también algún vacile que provocó risas y buen humor.