(Por J. Paulorena)

Se acabó por este año el concurso recitado de relatos y micros. Y nos despedimos de esta aventura con un poco de tristeza pero, sobre todo, encantados de la buena acogida que han tenido estos encuentros.

En esta última sesión de 2016 nos hemos reunido en el edificio de la Bolsa y ha venido gente nueva a curiosear o participar con algún relato.

Casualmente una de estas personas ha salido ganadora en la categoría de relatos, con “Hasta que la muerte nos separe”, una historia muy interesante sobre un libro maldito y que no, me repetía después su autora Mónica Quijano, que no era el Necronomicón.

El relato finalista ha sido «El diván«, de Marga Saenz, una autora capaz de meter el dedo en el ojo con sutilidad.

«El último beso» de Osvaldo del Valle ha resultado ganador en la categoría de microrrelato, letras cortas hilvanadas con acierto y emotiva inteligencia.

Y Lydia Cotallo ha sido finalista con «La piel dormida«,  donde la sensualidad conduce al horror final.

Los participantes se han mostrado satisfechos con la experiencia y apoyan la idea de que el año que viene continuemos con este evento, además de que todos nos hinchamos de orgullo al ver nuestro nombre en un libro. Incluso en un libro de artista, encuadernado con tus propias manos, y en el que se escribe con tinta, como se hacía antes de que todo el mundo tecleáramos ante un ordenador. Gracias, Helena…

Ahora nos toca a nosotros, como EC.O, recoger todos los relatos ganadores y finalistas, además de los que consideremos que merecen ser leídos, y los juntemos en un libro antológico de relatos cortos y micros, una muestra del saber escribir, aunque seamos autores desconocidos, pero siempre amantes literarios.

En fin, gracias a todos por vuestra participación y por acompañarnos cada mes. Esperamos veros el año que viene y no dejar de escucharos.

Saludos y buenas letras.